jueves, 22 de marzo de 2012

Very Careful, very take care

Nueva Delhi, 23 de marzo

La mañana del 23 de marzo resultó un tanto extraña... por primera vez nos habíamos levantado en un hotel de verdad. Teníamos un maravilloso desayuno por delante y una vez que abandonáramos el hotel, no volveríamos a ver una cama o una ducha en más de 48 horas... el viaje de vuelta prometía ser duro.


Por la mañana Raj nos vino a buscar y con nuestras mochilas preparadas para la vuelta a casa volvimos a la calle donde comenzó todo... el Hostel New King, los puestos, los olores, todo era familiar pero sabíamos que una vez que cogiéramos el coche de nuevo nos iríamos al aeropuerto y es muy probable que no volveríamos a la India en muchos años... quién sabe si tal vez en la vida. El día pasó entre compras, comidas y descanso. A mediodía nos encontramos con dos chicas que acababan de llegar a Delhi y que iban a comenzar su aventura, les recomendamos que no se perdieran lugares como Jaisalmer y Ranakpur.




Por la tarde Raj nos acercó a otra zona comercial donde gastar nuestras últimas rupias y cenar algo antes de ir al aeropuerto. Allí se nos hizo de noche. Para volver al antiguo mercado cogimos el metro en Delhi. Nuestras impresiones sobre el metro fueron muy buenas: está bastante limpio y es rápido, aunque la cantidad de gente que hay a cualquier hora del día lo hace especialmente caótico. Las últimas horas esperando para ir al aeropuerto las gastamos en un bar con música occidental tomando algunas cervezas. A medianoche quedamos con Raj para que nos llevase al aeropuerto. Allí nos despedimos de nuestro conductor sin olvidar sus últimas palabras:

"Very Careful, Very Take Care, Camera, Mobile, Passport"


Para Encarnita, su musa, tuvo unas palabras especiales: "Mitu, mitu, mitu", mientras le enseñaba en su teléfono móvil una foto de su hija de 2 años. En el aeropuerto tuvimos algún problema al facturar... según la mujer del aeropuerto de Delhi si queríamos salir en Moscú teníamos que recoger nuestras mochilas. Después de discutir con ella por activa y por pasiva y decirle que en el viaje de ida no nos habían obligado a ello, ella nos dijo que lo aceptaba, pero que a lo mejor si salíamos, en el aeropuerto de Moscú nos ponían problemas para volver a entrar. Nos dió igual, no íbamos a ir con la mochila a cuestas durante las siguientes 24 horas. A las dos de la mañana nuestro vuelo partía dirección Moscú.

No hay comentarios:

Publicar un comentario