jueves, 22 de septiembre de 2011

Dos grandes premios del dios del viaje

Nueva Delhi, 22 de septiembre

Acostumbrados ya a madrugar desde hacía días, hoy nos levantamos también pronto, pese a que no teníamos que madrugar, a las 7,30 estábamos empezando a amanecer. Nuestro vuelo con destino Delhi salía a las 14,40, así que después de desayunar en el hostel decidimos hacer unas últimas compras en la zona turística para acabar con nuestras rupias nepalís.

Katmandú es mucho más interesante para comprar que Delhi, aquí hay ropa de deporte a buen precio, imitaciones por supuesto, vestidos de marcas como Zara o Desigual, ropa del estilo de Natura y antigüedades más baratas que en la India, pero eso sí, los vendedores son mucho más difíciles de convencer y es difícil regatear. Por norma general te ajustan el precio, pero siempre se puede bajar.


A media mañana partimos rumbo al aeropuerto. Después de pasar 8 controles de seguridad entre revisiones de maletas, mochilas de mano, pasaportes uno, pasaportes dos, cacheos, toqueteos y demás, y no exageramos, llegamos a una sala donde nos tuvieron esperando más de una hora para poder embarcar. En definitiva, más de una hora de retraso en el vuelo.



Durante nuestro vuelo, el dios del viaje nos premió por primera vez en el día. Saliendo del valle de Katmandú y según iba elevándose el avión pudimos ver por última vez la cordillera del Himalaya. Mabel después de tener que renunciar a coger la avioneta para ver el Everest, por fin pudo ver las montañas más altas del mundo a vista de pájaro. El dios del viaje ahoga, pero no ahorca. Una maravillosa imagen para despedirnos de Nepal.

Muertos de hambre, cuando el carrito de la comida del avión llegó a nosotros, apenas quedaba nada que llevarnos a la boca y tuvimos que conformarnos con dos sandwiches para los seis y unos cacahuetes. Como dijo Mabel "siempre pensé que si no iba a comer en un avión era por no pagarlo, no porque no hubiera comido suficiente". El simpático azafato, después de tantear si Encarna era mi novia o esposa, empezó a tirarle los trastos hasta el punto de darle su teléfono para que le llamasemos para salir esa noche. Aunque Diana estaba animada a salir, el resto no teníamos muchas ganas y tampoco rupias.


Volviendo sobre nuestros pasos

Katmandú, 21 de septiembre

Hoy teníamos nuestro viaje de retorno a Katmandú. Después de 8 horas de viaje en nuestro autobús Luxury (juzgad por vosotros mismos en la foto si esto es lujo o no, especial atención en el satén de los asientos), llegamos de nuevo a Katmandú ligeramente mareados. Tardamos más de hora y media en cruzar la ciudad debido a los tremendos atascos que se forman, y eso que hay pocos coches. Especialmente nerviosas se pusieron Encarna y Diana con el ruido chirriante de los frenos del autobús.



Una vez en el hostel no tardamos en salir para aprovechar las horas de luz y ver las dos plazas que más gustaron a los que pudieron hacer el tour por la ciudad. Estas dos plazas son lo más destacado de una ciudad que no posee muchos edificios históricos. Son preciosas, llenas de pagodas y estatuas a deidades budistas.


martes, 20 de septiembre de 2011

Entre la tierra y las nubes

Pokhara, 20 de septiembre

El día ha amanecido a las 5 de la mañana para nosotros. Hoy presumiblemente teníamos un día completito, de primeras ruta de trekking que nos llevaría a lo alto del valle de Pokhara desde donde ver amanecer y, si las nubes nos lo permitían, vislumbrar algunas de las montañas más altas del mundo. De vuelta al hostel, Diana, Javi, Julián y yo decidimos contratar un salto en parapente para ver todo el valle a vista de pájaro.

El dueño del hostel se ha encargado de despertarnos bien pronto golpeando nuestras puertas. El día se ha levantado lluvioso y nublado, la verdad es que no pintaba nada bien. Una vez cogida la furgoneta que nos trasladó a unos 20 minutos del hostel, y aún de noche, nos dejaron en una ladera para que subiéramos a lo alto de la montaña. Nadie ha dicho que la vida de los sibaritas fuera tan fácil.


Rumbo a los lagos de Pokhara

Pokhara, 19 de septiembre

Desde que estuvimos en Agra viendo el Taj Mahal, llevamos varios días de madrugones importantes... Hoy nos tocó madrugar para coger el bus hacia los lagos de Pokhara, así que a las 6 de la mañana estábamos en pie, ya que nuestro autobús salía a las 7 y teníamos que ir andando a la estación de autobuses, que se encuentra relativamente cerca del hostel.

Habiendo desayunado tan sólo un plátano por cabeza, cogimos la mochila y pusimos dirección a la estación de autobuses. Mabel, Julián y yo nos levantamos ya mucho mejor y con fuerzas suficientes para retomar el trajín del viaje. No eran ni las 6,30 de la mañana y las calles de la ciudad estaban ya llenas de vida. Los chicos iban a la escuela, muchos negocios abrían sus puertas y la gente ya llenaba las calles. Aquí anochece antes, sobre las 19 de la tarde, así que es como si todo el día se moviera 2 horas hacia atrás en el tiempo.



lunes, 19 de septiembre de 2011

En la cima del mundo

Katmandú, 18 de septiembre

Después de la noche sandonguera que pasamos debido a nuestra cagalera, y habiendo dormido Julián, Mabel y yo poco más que minutos, nos tocaba sacar fuerzas de flaqueza para coger la avioneta con la que ver el Himalaya... Julián y yo decidimos hacer la excursión a riesgo de cagarnos vivos, Mabel prefirió quedarse en el hostel, no se encontraba con suficientes fuerzas. Así que llevando una muda limpia y con la flojera en las piernas por la noche anterior, pusimos rumbo al aeropuerto.

Allí estuvimos esperando más de 2 horas a que saliera nuestra avioneta, pero por fin lo conseguimos. No sólo la cordillera del Himalaya es espectacular, el paisaje que se ve desde las alturas tampoco desmerece... los varios rios que cruzan el valle donde se encuentra Katmandú, las terrazas de arroz que dibujan el paisaje, todo resulta precioso visto desde el aire.



Un nuevo país

Katmandú, 17 de septiembre

El día ha amanecido pronto para nosotros. A las 7,30 de la mañana estábamos ya en pie. A las 8 venía un taxi a buscarnos que nos llevaba al aeropuerto, donde cogíamos nuestro avión con destino Katmandú. Ya listos para irnos, el taxi no venía y pasaban los minutos y seguía sin venir. Ya hemos comprobado que la puntualidad india no es muy buena. Así que después de insistir varias veces en el hotel que donde estaba nuestro taxi, finalmente apareció un hombre allí que nos llevó al aeropuerto. Nos despedíamos de la locura india de coches, bicicletas y pitidos.




Después de pasar varios controles de seguridad (más que para entrar en el país), nos encontramos con el último control de inmigración donde te decían que no podías sacar billetes ni de 500 ni de 1000 rupias fuera del país. Todos teníamos entre 1000 y 2000 rupias y por supuesto todo en billetes de 500 y 1000. Menos mal que esta gente es bastante confiada y se creyeron nuestras palabras cuando Encarnita con cara de niña buena les dijo que sólo llevabamos 1000 rupias. El vuelo fue muy corto, menos de una hora y además nos dieron de comer, aunque bien es cierto que la comida era bastante penosa.


sábado, 17 de septiembre de 2011

Buscando la espiritualidad

Benarés, 16 de septiembre
Nuestra llegada a Benarés ha sido movida. Según nos hemos bajado del tren varios hombres nos han asaltado ofreciéndonos su servicio para acercarnos en Tuk-Tuk a nuestro hotel. Ayer decidimos buscar el alojamiento por nuestra cuenta ya que el socio de Raj nos ofrecía un hotel cuyas habitaciones costaban 3500 rupias.

Para evitar que nos llevasen a los hoteles que ellos quieren, a Diana se le ha ocurrido decir que teníamos una entrevista con la gente de una ONG de aquí de Benarés cerca del ghat Meer. Después de decidirnos por un medio de transporte para 6 personas, que realmente era un coche para 4, el conductor nos ha dicho que no podía llevarnos porque las calles eran muy estrechas y que cogiéramos un Tuk-Tuk. Buenísima la imagen de Julián delante entre el conductor y yo, con la palanca de cambios entre sus piernas.

El Tuk-Tuk supuestamente no podía pasar a partir de cierto punto y hemos tenido que coger las mochilas e ir andando buscando algún hotel o guest house donde pasar la noche. Hemos tenido buena suerte y el dios del viaje nos ha premiado con un hotel con unas habitaciones bastante limpias y muy barato, 1500 rupias por cada una de las dos habitaciones. Antes hemos preguntado en otros dos hoteles en los que no nos han acogido ya que eran hoteles solamente para indios.

Probando el sleeper class

Tundla-Benarés, 16 de septiembre

Cuando llegamos a Tundla, la ciudad que albergaba la estación de trenes y que se encontraba a 40 minutos en coche de Benarés, la imagen era bastante desoladora. Vacas y cerdos paseando a sus anchas, cientos de ratas con un índice de masa corporal mayor al del 90% de los indios y aves rapaces y palomas a miles que hacían ruidos atronadores dentro de la estación.

A los turistas, en este momento sólo nosotros, nos metieron en la sala de espera de las mujeres, bastante peor, todo sea dicho, que la sala de los hombres. Mientras esperábamos, vimos llegar el primer tren a la estación... pese a que tenemos videos y fotos, no creemos que las imágenes puedan explicar lo que es aquello: según va parándose el tren, aparecen cientos de personas corriendo a su lado vendiendo de todo a los viajeros que van dentro del mismo, los cuales asoman cabezas, manos y pies por las ventanillas debido al hacinamiento interior. Los gritos se confunden con el ruido de los pájaros, el pitido del tren y los ruidos de las ratas. IMPRESIONANTE.

Otra maravilla del mundo conquistada

Agra, 15 de septiembre
Para ver el Taj Mahal bien hay que levantarse pronto, muy pronto. A las 5,30 de la mañana para ser exactos, y sin desayunar pusimos rumbo al Taj Mahal. Al entrar tuvimos que pasar un control de seguridad que nos daba paso a un primer patio desde el que todavía no se veía el monumento. Pasando esta puerta, por fin pudimos disfrutar de la vista completa de una de las 7 maravillas del mundo. Lo habremos podido ver cientos y cientos de veces en fotos, videos, por la tele, en Internet... pero aún así el contemplarlo en directo, ante nosotros, era una sensación sobrecogedora.


El enclave tiene muchísimo encanto, sus estanques que reflejan la figura del mausoleo engrandecen el monumento. Si no hicimos 300 fotos, no hicimos ninguna. Individuales, en grupos, en parejas, todos juntos, desde el primer estanque, desde el segundo, haciendo el pino, saltando por encima, agarrándolo, empujándolo, comiéndolo,...

El ecuador del viaje

Agra, 14 de septiembre

La maldición de la lechuga ha actuado por quinto día consecutivo. Hoy le ha tocado gritar a Encarna, que estaba preocupada en su grito por un billete de 50 euros que no encontraba. Las chicas ya acostumbradas, han seguido durmiendo plácidamente. Por cierto, no hemos hablado de los timbres ratas típicos de los hoteles de este país. El primero de ellos lo encontramos en Jaisalmer y provocó que Javi, Julián y yo saltásemos de la cama en búsqueda de la rata. El ruido que hacen, en vez de ser un agradable ding-dong es una perfecta imitación de una rata royendo.


Hoy teníamos que cubrir la ruta entre Jaipur y Agra, unos 300 kilómetros que hemos tardado en hacer 7 horas con dos paradas inesperadas y muy interesantes: el templo de los monos y Fatharpur Sikri.

martes, 13 de septiembre de 2011

Sobrexposición a fuertes, palacios y templos Jainistas

Jaipur, 13 de septiembre

Por fin vamos a pasar el día en el mismo lugar donde estuvimos el día anterior. Ayer fue agotador por el viaje, pero hoy prometía ser cansado por todas las cosas que teníamos que ver en una de las ciudades más míticas del Rajastán. Jaipur entra en todos los packs turísticos y aquí es mucho más sencillo ver gente turista de distintas nacionalidades y no sólo indios. Se puede decir que Jaipur no tiene ni el fuerte más bonito ni el palacio más espectacular de los que hemos visto, pero sí es cierto que auna estas dos construcciones en una misma ciudad y la distancia de Agra no es exagerada, unos 200 kilómetros, por eso suponemos que la gente vendrá aquí en vez de ver el fuerte de Jodhpur, el de Bikaner o el de Jaisalmer, mucho más espectaculares.

Antes de nada, decir que esta noche la maldición de la lechuga ha vuelto a hacer acto de presencia, y la chica que estaba durmiendo en medio, en esta ocasión Mabel, ha pegado un grito y un salto en mitad de la noche que ha despertado a sus dos compañeras... estamos empezando a pensar que esto es efecto del Malarone, porque si no, no es normal... ¿volverá a ocurrir mañana?

lunes, 12 de septiembre de 2011

La carretera eterna

Jaipur, 12 de septiembre

Esta noche ha pasado por tercera vez seguida la maldición de la lechuga. Algunos pensaréis que esto es otra de mis leyendas de mitología alfiana, pero esta vez no he sido yo quien ha generado la historia. Las chicas llevan tres noches seguidas despertándose con el grito de una de ellas, el grito de la que duerme en el centro (es decir, la lechuga de un sandwich, de ahí el nombre de la maldición). La primera en gritar fue Mabel, la noche siguiente le tocó dormir en el centro a Diana y esta noche ha sido Encarna la que ha gritado. Se levantan, pegan un grito, suponemos que porque se levantan desorientadas, y se duermen de nuevo plácidamente, después de poner los pelos de punta a sus dos compañeras claro.



La mañana empezó movida y eso que hoy básicamente teníamos que hacer unos 450 kilómetros por carretera entre Udaipur y Jaipur. Las lluvias de ayer provocaron que las carreteras de salida de Udaipur estuvieran totalmente inundadas. Las carreteras de dos carriles eran dos grandes ríos donde coches, motos, tuk-tuks y bicicletas intentaban flotar. Lo gracioso de todo esto es que aquí, al contrario de lo que ocurriría en España, si nuestro coche levantaba el agua y empapaba al hombre que iba en la moto de al lado y su mujer, estos se echaban a reir y se lo tomaban como algo especialmente gracioso.

Pese a que la carretera era de lo mejor que hemos visto hasta el momento, el viaje se ha hecho largo. Rej zigzageaba entre camiones intentando ganar tiempo al día y aunque en ciertos momentos hemos temido por nosotros, la verdad es que ya nos hemos acostumbrado a su conducción "deportiva". En un momento dado hemos parado en medio de la carretera porque cinco de nosotros teníamos que ir al baño.


domingo, 11 de septiembre de 2011

Buscando nuestra oportunidad en Bollywood

Aquí está en exclusiva nuestro video bailando en Bikaner, aunque no es el único, en el desierto y en Udaipur también hemos disfrutado con los ritmos de este país. En cuanto la conexión nos lo permita colgaremos el resto de videos de estos días.




Anexo II: La honradez india

Nos gustaría hacer un inciso para hablar de la honradez de la gente de este país. No decimos que no intenten aprovecharse en cierto modo del turista vendiéndoles cosas o llevándoles a sitios donde se llevan comisión (realmente eso lo haríamos todos si fuéramos guías turísticos), pero sí es cierto, que hemos tenido algunos despistes y ellos nos han devuelto lo que era nuestro.

A mí se me olvidó una chaqueta Adidas en el desierto y me la han traído hasta el hotel de Jaisalmer en vez de quedársela, y en dos ocasiones hemos pagado más dinero del que teníamos que haber pagado por equivocación y nos lo han devuelto por su propia cuenta. Es increíble que siendo gente con tantas necesidades tengan una honradez tan grande. Tal vez sea su religión hinduísta la que les lleva a actuar asi, donde es más importante lo que tú hagas por los demás y su binestar que el que tu comportamiento sea recto.

El diluvio universal en Udaipur

Udaipur, 11 de septiembre

Nuestro siguiente destino ha sido la ciudad de Udaipur. La carretera era un auténtico puerto de montaña asturiana, pero en vez de vacas había monos en los laterales. Nuestra primera parada fue un jardín en la ciudad. Por 5 rupias que nos costó la entrada, tampoco podíamos pedir ninguna maravilla, unas fuentes y poco más.


Después Rej nos llevó a la típica tienda donde te enseñan la técnica con la que pintan los "bonitos" cuadros indios. Está claro que con esos diseños tan particulares poco iban a vender con nosotros. A Diana sí le gustaron algunas cosas como unos armarios hiperdecorados. Mabel y yo estamos deseando que Diana tenga su propia casa para ver la florida decoración que tendrá en ella, porque está claro que esta chica no va a tirar por el minimalismo.

Relax Jainista

Ranakpur, 10 de septiembre

¡Misión cumplida! hemos endiñado el billete con celo a los del hotel. Saliendo de Jodphur, Rej nos llevó a una fábrica donde vendían más vistosas y horteras telas indias. Aquí Mabel y Javi dejaron un regalo en el baño tan grande que todavía están limpiando los retretes. Al menos compraron alguna funda o tela para pagar los litros de lejía que van a tener que usar para desinfectar ese baño. Después de tres horas de viaje llegamos a Ranakpur. Durante el viaje, Rej nuestro conductor paró en medio de una carretera para comprar a Encarna unos plátanos buenísimos que pudimos probar todos.


Aunque Ranakpur acaba por "pur" como el 90% de las ciudades restantes de la India ("pur" significa ciudad fundada por), Ranakpur no tiene nada que ver con todo lo que hemos visto antes. Aquí no hay motos ni coches ni agobios de cientos de personas. Esto es sólo una carretera con algunas casas y dos o tres hoteles en un lateral y un río al otro lado.


La ciudad azul

Jodhpur, 9 de septiembre

A las 9,30 de la mañana ya estábamos camino de Jodphur. Llegamos poco antes de comer, pero realmente no comimos hasta que cayó la luz, había cosas que ver. Por el camino Rej nos torturó una vez más con el disco de Shakira que Encarnita le pasó. Está claro que en este viaje nuestra penitencia es la música, ya sea Shakira o la clásica música del Rajastán.


La primera impresión de Jodphur fue bastante mala, pero una vez que fuimos subiendo por la colina y vimos el fuerte que corona la ciudad la cosa cambió. Jodphur es llamada también la ciudad azul porque muchas de las casas están pintadas de ese color. De cerca la verdad es que el azul se ve teñido de basura, pero desde el alto del fuerte la postal de las casas a vista de pájaro sí es muy bonita.

La bella y sucia ciudad en medio del desierto

Jaisalmer, 8 de septiembre

Después de la noche sandonguera que pasamos en el desierto partímos hacia Jaisalmer, que para nuestra desgracia no estaba a horas de donde nos encontrábamos, sino sólo a 45 minutos, por lo que poco pudimos dormir. Para despedirnos del Safari Mabel tuvo que enfrentarse a sus fobias cuando dos ratas decidieron salir de paseo cerca de ella que estaba plácidamente lavándose los dientes.


Lo primero que hicimos en Jaisalmer fue ir al hotel a darnos una ducha, que llevabamos 24 horas sin tocar más agua que el de la lluvia que no fue poca. Este hotel era digno de India para sibaritas, hasta piscina teníamos.

Lloviendo en el desierto

Desierto de Jaisalmer, 7 de septiembre

Un día más, después de nuestro ritual de purificación mañanero a base de malarone y relec, cogimos la carretera camino del desierto de Jaisalmer. Las carreteras por esta zona están bastante bien. Por el camino vimos una especie de romería de gente peregrinando hacia un templo.

Llegando al resort del desierto (demasiado optimista esto del "resort"), el paisaje empezó a cambiar. Javi nos dijo que Se veían las dunas inmovilizadas por la vegetación porque aquello en el pasado era todo desierto. Cientos de aerogeneradores estropeaban el paisaje que perdía cierto encanto.

El "resort" del desierto eran un conjunto de chozas con el techo de paja, sin luz eléctrica ni ducha y una letrina para todos fuera en un patio. Tan preocupados por no coger la malaria el día anterior y ahora por no tener casi no tenemos ni agua corriente. Al día siguiente además descubrimos que las chozas estaban llenas de ratas como pudimos comprobar por la mañana cuando vimos dos ratas salir de nuestra cabaña, cruzar el patio y meterse en la de Emily, una turista inglesa que conocimos que estaba recorriéndose el mundo ella sola.


jueves, 8 de septiembre de 2011

Anexo I: para futuros viajeros

Para aquellos que hayan estado en la India antes y dicen que este país huele fatal y está asqueroso, por favor, no visitéis China porque eso sí que es una experiencia bastante heavy para los sentidos. La India por el momento es un país bastante más limpio y menos caótico. Además la gente no suelen molestarte en exceso para venderte cosas. Y los baños... qué decir de los baños!!! Todos tienen cadena, huelen bien gracias a la naftalina, la mayoría son tazas y no letrinas e incluso en los sitios más recónditos están medianamente limpios. Vamos, que esto nos está encantado y Diana está ya pensando en venirse el año que viene a probar suerte en la industria del cine Bollywoodiense.

Ah! y a los que piden que pongamos más sobre cosas nuestras y menos sobre lo que vemos, deciros que no podemos. Hablamos tanto de sexo que google nos censuraría y no os dejaría entrar si os contásemos una décima parte de lo que nos contamos aquí! Aún así no os preocupéis que haciendo caso a vuestra petición bailaremos el Paquito Chocolatero en algún lugar típico de este país.

Subir los videos al youtube es casi imposible con estas conexiones, así que tendréis que esperar para vernos en movimiento.

Entre fuertes y ratas

Bikaner, 6 de septiembre

Hoy nos hemos levantado bastante pronto para poder ver mejor Mandawa. Después de un estupendo desayuno continental hemos salido del hotel para ver las havelis de la ciudad, de unos 150-200 años de antigüedad. Muchas de ellas siguen conservando las pinturas originales con escenas de todo tipo, desde historias de deidades hasta eróticas, pasando por escenas de la colonización inglesa.

Al salir nos hemos encontrado con una escuela que hemos podido visitar. Muchos niños no tenían cuadernos, tan sólo pizarras. El profesor nos ha pedido si podíamos comprarles algo de material y por 200 rupias, unos 3,5 euros hemos conseguido 40 bolígrafos .Muchos os preguntaréis para qué quieren bolis si no tienen cuadernos... pero tenían una especie de cartillas para rellenar. Es curioso como en los colegios ponen en la fachada la foto de los estudiantes con mejores notas para que todo el pueblo los vea. Si hacen esto en España correrían a leches a los pobres mejores estudiantes, pero aquí es motivo de orgullo para la ciudad. Por cierto en el que hemos visitado las mejores estudiantes eran todo eran mujeres.


Conociendo las carreteras indias

Mandawa, 5 de septiembre

Hoy a las 8 hemos quedado con nuestro conductor Rakesh Rej para comenzar nuestro tour indio. Después de despedirnos del maravilloso New King hotel nos pusimos rumbo a Mandawa. 350 kilómetros que con las carreteras indias inundadas por el fin de los monzones hemos tardado en hacer 10 horas.


Por el camino poco que contar. Un atasco terrible a la salida de Delhi provocó que tardásemos 2 horas en recorrer unos... ¿20 kilómetros? El desayuno lo hicimos en el McDonalds y hasta las 20 de la tarde poco más comimos. Hemos decidido llevar la dieta Lays que aquí hay que maximizar el tiempo y la bolsa de patatas fritas es muy recurrida. Si no nos entra diarrea es porque el dios del viaje y el señor Lays no quieren. Además con sabores como Spanish Tomato Tango (ketchup) nos sentimos como en casa.

Primera impresión en suelo Indio

Delhi, 4 de septiembre

A las 4 de la mañana por fin tocamos suelo indio. El viaje Moscú-Nueva Delhi fue bastante tranquilo, lo único destacable fue la botella de Chivas que se trincaron los dos rusos que iban entre Diana y Encarna. Por suerte, se comportaron y no tuvimos un "Melendinazo".

El aeropuerto bastante moderno, en la puerta nos esperaba la gente del hostel para llevarnos hasta él. Por el camino nos cruzamos con varios minitaxis típicos de la ciudad, una especie de motocicletas con remolque en los que la gente se monta. Aunque llovía a cántaros (es el final del monzón aquí), vimos escenas curiosas, como tres tipos subidos en una misma moto. Posiblemente borrachos.


Al llegar al hostel tuvimos nuestro primer contacto con las habitaciones de 3 euros. No son excesivamente limpias ni tienen grandes comodidades, de hecho el baño está fuera, pero para dormir unas horas son más que suficiente, pese a que el pobre Julián de primeras casi le da un chungo al verla. Además nos han regalado una botella de agua por persona. Eso sí, no queremos ni pensar cómo serán las habitaciones de 1,25 euros. Os dejamos un video para que veáis lo que es el auténtico lujo asiático.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Mucho que contar y sin Internet

¡Hola a todos! Estamos en Jaisalmer, en la frontera con Pakistán. Todos estamos perfectamente aunque ya hemos sufrido algún que otro apretón. Tenemos muchísimas cosas que contar y que veáis, ¡pero el acceso a Internet es mucho más complicado de lo que esperabamos!

Todo está escrito y grabado y esperando a ser subido, esperamos poder hacerlo cuando vayamos a algún lugar un poco más civilizado.

La India es un lugar maravilloso y lo que hemos visto hasta el momento totalmente impactante. Entre otras cosas hemos visitado Delhi, Mandawa y sus Havelis, Bikaner con el famoso templo de las ratas y su fuerte y anoche pasamos el día en el desierto totalmente solos. Una experiencia estupenda si no hubiera sido porque el dios del viaje quiso castigarnos con lluvia (sí, lluvia en el desierto). ¡Todo muy divertido!

Esperamos subir en breve las cronicas de estos días.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Gana un viaje al puente de los corazones moscovita!

Tan sólo tienes que contestar correctamente a la pregunta que te proponemos en este video!

En la cuna del comunismo

Ya hemos llegado a Moscú! El viaje ha sido un poco movido con las turbulencias pero ya estamos aquí. Las azafatas de Aeroflot han demostrado una vez más su "especial simpatía rusa" y nos han mirado con su desprecio en varias ocasiones. Sobre todo cuando yo mismo sin querer le he puesto la zancadilla a una de ellas y casi se cae con varias bandejas al suelo.
A Moscú hemos llegado a las 6 de la mañana hora local, y después de pasar el control de aduanas, por fin hemos pisado suelo ruso. Cogiendo un tren desde el mismo aeropuerto y por 14 euros al cambio nos hemos plantado en el centro de la ciudad a tan sólo 3 paradas de la Plaza Roja. Después de un desayuno en el Subway donde mis 5 compañeros de viaje han cogido fuerzas, nos hemos decidido, pese a la lluvia, a comenzar nuestro tour por la ciudad.

En esta primera entrada al metro hemos aprovechado para ver una de las famosas estaciones museo de la ciudad decorada con mosaicos en el techo. El tema principal de estos mosaicos era "un día de un país socialista". Junto a dibujos de paracaidistas y aviones de guerra, había otros de gente jugando al volleyball, gimnastas o girasoles. Todo muy soviético. Después de comprobar que en el metro de Moscú no hay vuelta atrás si subes las escaleras mecánicas (es decir, que acabas en la calle), hemos llegado a la famosa Plaza Roja.
El dios del viaje nos ha castigado por primera vez. Tanto desear hacernos una foto jugando al tetris humano con la catedral de San Basilio de fondo, y justo hay un festival hasta el día 4 que no nos ha permitido coger la mejor perspectiva del famoso monumento, lo cual no significa que no haya conseguido la perspectiva necesaria para hacerme una de mis típicas fotos con monumentos del mundo que adjunto más abajo.


A punto de partir

Ya estamos en el aeropuerto! En breve embarcamos. En exclusiva la primera foto de grupo.


Quien lleva la mochila más pesada es Javi, el más ligero de equipaje Julián. En breve estamos en Moscú.

viernes, 2 de septiembre de 2011

¡Nos vamos!

¡Hoy es el día! ¡A las 23,15 de la noche nuestro avión partirá rumbo a Moscú! Estáis todos invitados a despedirnos con pétalos de rosas y globos de colores. Nos vemos en 24 días, mientras tanto podéis seguirnos a través del blog. Esperamos tener Internet para comunicarnos con vosotros y mostraros la auténtica India. Por cierto como gran novedad tenemos la versión móvil del blog para que podáis acceder desde vuestros HTC's, Samsungs, Iphones, Nokias y Blackberries varias y esperamos (si el ancho de banda nos lo permite) colgar videos a diario aparte de las fotos.

Un beso muy fuerte a todos y especialmente a Judith que se nos queda en tierra. Nos acordaremos mucho de ti bollito. ¡La India en estado puro nos espera!

jueves, 1 de septiembre de 2011

Mitología Alfiana...

A tan sólo 24 horas de comenzar el viaje creo que ha llegado el momento de explicar a todos nuestros lectores quién es el dios del viaje... 

(Este es el avión del dios del viaje)

El dios del viaje nos acompaña desde el principio de los tiempos. Viaja en un avión de Iberia en primera clase alrededor del mundo y tiene a su disposición un surtido infinito con todas las variedades existentes de chocolatinas del mundo. Siempre ha existido, desde que Diana, Judith y yo 6 años atrás decidimos viajar juntos a Gambia. En aquel momento el dios del viaje pese a no saber de su existencia nos salvó de grandes desgracias... Nos ayudó a que no volcase la barca en la que cruzamos el río Gambia, a que no nos atacasen los monos malvados de la selva, a que no nos comiesen los cocodrilos y un largo etcétera de protecciones más... en Rumanía nos dió alojamiento siempre que lo buscamos (aunque fueran "hotelitos del amor") y nos protegió de la velocista monja Tatiana, en Noruega nos ayudó a que la temperatura no fuese extrema ni lloviese, en Croacia nos brindó estupendas playas y en Estados Unidos nos salvó de no morir en la carretera cuando nuestra furgoneta se caía ya a pedazos... pero también nos enseñó que si algo lo deseamos con fuerza, era un dios vengativo que no duda en castigarnos.

Entre otras cosas en Gambia nos dió una sola mosquitera individual para tres personas, en Rumanía nos llevó a Galati y nos obligó a volver a la ciudad pese a querer salir de ella y a Mabel y a mí nos obligó a reconocer nuestras mentiras por intentar ratear 3 euros en los hoteles, en Estados Unidos no vimos piedras rodantes ni pudimos montarnos en la montaña rusa más extrema y Beverly Hills resultó ser una mierda. Pero no fue hasta China cuando yo tuve mi revelación... el dios del viaje conectó conmigo y me dijo que a partir de ahora yo sería su máximo representante en la tierra y que yo sería quien comunicaría su palabra a mis compañeros de viaje...

Fue allí, cuando después de 18 días de comida china, Diana moría por algo de comida occidental que no fuera un McDonalds. Yo la advertí de su error, de que el dios del viaje la castigaría si lo deseaba tanto, que tenía deliciosos restaurantes de comida asiática donde comer un día más dumplings.... pero no me hizo caso y el dios del viaje enfurecido la castigó cerrando el restaurante occidental que venía en su guía Lonely Planet. Desde aquel momento Diana se ha convertido en una ferviente creyente del dios del viaje. Ya lo era de la mitología alfiana en general y creía en la maldición de la cámara a pies juntillas, pero ahora también creería en él.

En el mismo viaje nos castigo a todos por avaros con la compra de Pendrives baratos... pero también nos premió con una maravillosa canción como fue 'Polojete'. También castigó a Javi recientemente sin ver la catedral de León y premió a Merino con una vuelta de la playa en un puente sin ningún tipo de atasco por salvar la vida a un pequeño gato... porque el dios del viaje, te da lo que necesitas, pero no te ofrece lo que deseas... el dios del viaje busca que disfrutes del viaje con lo que él te pone delante y es con eso con lo que te tienes que contentar... si no, su furia cae sobre ti.

Personalmente me comunico con él rezándole de un particular modo y él es el que me dice si quiere algún sacrificio por nuestra parte para que todo vaya bien (por ejemplo dejar las toallitas húmedas en casa). También me comunica cual es la historia personal que quiere que cada uno de nosotros cuente desde el viaje, y me incita a que consiga que cada uno cuente su historia. El año pasado Andrés nos contó su historia y finalmente nos enseñó un pezón y el dios del viaje estuvo orgulloso de él... Esperemos que no nos abandone en la India. 

Seguro que le veréis nombrado en el blog muy a menudo.