domingo, 11 de septiembre de 2011

La bella y sucia ciudad en medio del desierto

Jaisalmer, 8 de septiembre

Después de la noche sandonguera que pasamos en el desierto partímos hacia Jaisalmer, que para nuestra desgracia no estaba a horas de donde nos encontrábamos, sino sólo a 45 minutos, por lo que poco pudimos dormir. Para despedirnos del Safari Mabel tuvo que enfrentarse a sus fobias cuando dos ratas decidieron salir de paseo cerca de ella que estaba plácidamente lavándose los dientes.


Lo primero que hicimos en Jaisalmer fue ir al hotel a darnos una ducha, que llevabamos 24 horas sin tocar más agua que el de la lluvia que no fue poca. Este hotel era digno de India para sibaritas, hasta piscina teníamos.


Después de la ducha y descansar media hora, nos dirigimos a la ciudad de Jaisalmer. Por el momento Jaisalmer es con diferencia lo más bonito que hemos visto. Una ciudad amurallada en lo alto de una montaña donde todas las casas que hay en su interior tienen sus fachadas talladas, precioso. Los Havelis aquí son muy distintos a los que vimos en Mandawa, sus techos son de oro aunque están por desgracia llenos de murciélagos y palomas. Posiblemente ésta es la ciudad más sucia y peor conservada de lo que hemos visto hasta el momento, una auténtica pena porque es realmente todo un espectáculo.


Aquí el sistema de alcantarillado va descubierto y recorre todas las calles, por lo que si tienes ganas de hacer tus cosas, esto es como una gran zanja china como pudimos comprobar, en cualquier sitio te pones y listo.

Sus calles están llenas de vacas guerreras, como pudimos comprobar cuando dos distintas embistieron a Diana y a Julián, pero sobre todo cuando Mabel, Encarna y yo pensamos que estábamos en la calle estafeta corriendo unos sanfermines porque una de ellas vino corriendo hacia nosotros e intentó llevarnos por delante, menos mal que saltamos a las talanqueras. Encima como son sagradas uno no sabe si correr, darlas un golpe o llorar y encomendarse al dios del viaje.


Dentro de la ciudad también vimos los templos Jainistas, con todas sus paredes talladas con figuras y deidades, en las posturas del Kamasutra, ahora entendemos el gran aforo de estos templos,que entretenimiento¡¡ y no el coñazo de reliquias con pelos naturales y uñas que crecen que tenemos en España. Estos templos cierran a las 12 por lo que nos tuvimos que dar prisa para conseguir verlos.

Espectaculares también sin duda. Jaisalmer está en la lista de los 100 monumentos con más riesgo de desaparecer, y es una auténtica pena porque es una maravilla en decadencia que ves que está dejándose caer en el olvido y nadie hace nada por recuperarla.


Una vez comimos fuimos a un lago artificial que hay a las afueras de la ciudad y que en su momento sirvió como depósito de agua. Dentro del lago había varios templetes a los que sólo se podía acceder en barca y una especie de peces esturiones asquerosos y enormes que intentaban comer el pan que unos indios les lanzaban desde la orilla.

Para acabar nuestra visita a esta ciudad fuimos a los Cenotafios que se encuentran a 6 kilómetros de la ciudad. Una especie de templetes donde se enterraban a los Marajás de Jaisalmer. El lugar daba mucha tranquilidad, tal vez porque éramos los únicos que allí nos encontrábamos, tal vez por los lagos que rodeaban el cerro en el que se encontraban los cenotafios.


Finalizando el día volvimos al hotel donde disfrutamos de la piscina antes de cenar e irnos a la cama. Por fin íbamos a dormir agusto después de nuestra noche en el desierto.

1 comentario:

  1. tened cuidado con las vacas,haber si no las correis en las fiestas de los pueblos y lo haceis alli.seguid pasandolo bien y Alfonso me resignare a que seas tu el que hace la cronica de cada dia en lugar de Diana.un beso para todos.soy la madre de Diana-

    ResponderEliminar