sábado, 17 de septiembre de 2011

Probando el sleeper class

Tundla-Benarés, 16 de septiembre

Cuando llegamos a Tundla, la ciudad que albergaba la estación de trenes y que se encontraba a 40 minutos en coche de Benarés, la imagen era bastante desoladora. Vacas y cerdos paseando a sus anchas, cientos de ratas con un índice de masa corporal mayor al del 90% de los indios y aves rapaces y palomas a miles que hacían ruidos atronadores dentro de la estación.

A los turistas, en este momento sólo nosotros, nos metieron en la sala de espera de las mujeres, bastante peor, todo sea dicho, que la sala de los hombres. Mientras esperábamos, vimos llegar el primer tren a la estación... pese a que tenemos videos y fotos, no creemos que las imágenes puedan explicar lo que es aquello: según va parándose el tren, aparecen cientos de personas corriendo a su lado vendiendo de todo a los viajeros que van dentro del mismo, los cuales asoman cabezas, manos y pies por las ventanillas debido al hacinamiento interior. Los gritos se confunden con el ruido de los pájaros, el pitido del tren y los ruidos de las ratas. IMPRESIONANTE.


Una vez que el tren arranca, toda esta gente desaparece a la espera de que llegue el siguiente convoy a la estación. La primera imagen de los trenes nos impactó. Todas las ventanas están abiertas por el calor que hay en el interior, y están selladas con barrotes horizontales, dando una imagen típica de película de la Segunda Guerra Mundial.


Mientras esperábamos nos dimos cuenta que nuestro billete era en sleeper class... es decir en la misma clase en la que viajan los indios. Al contrario que el resto de turistas que no suelen ser tan ratas y no racanean los 15 euros del safari en Jaisalmer (sí, de aquella maravillosa noche en el desierto), nosotros íbamos a vivir una auténtica noche en el tren. No sólo no íbamos a tener aire acondicionado, seguramente tampoco íbamos a tener simplemente aire. Está claro que el dios del viaje nos ha castigado severamente por ir de sibaritas, así que después de esta noche hemos cambiado el nombre del blog de nuevo a indiaporcuatroduros. Al fin y al cabo el viaje en tren de 12 horas para los 6 nos salió por sólo 1500 rupias, unos 25 euros.

Según iban llegando el resto de turistas, nos íbamos dando cuenta de que nadie se había arriesgado tanto y todos íban a ir en compartimentos cerrados y con aire acondicionado. Los comentarios no tenían precio... Javi y Julian que no iban a dormir, Mabel que entró en modo nazi como nunca en su vida... Diana y yo estábamos encantados con nuestra nueva experiencia india, y ni miedo a la malaria, ni nada. Nadie iba a vivir el viaje tan intensamente como nosotros seis.


Con media hora de retraso llegó el tren a la estación y a toda velocidad nos subimos sin apenas despedirnos de Raj, al que seguramente veremos de nuevo en Delhi ya que nos dijo que iría a buscarnos al aeropuerto para llevarnos a su casa a cenar.

Ya subidos en el tren y entrando en materia, pues hombre... ni tan mal diría yo. Pese al primer momento de terror en el que una vez encontramos nuestros números, vimos que una familia ocupaba nuestros asientos y casi les echamos, tardamos unos minutos en comprender que no tendríamos que pasar las próximas 12 horas sentados, sino que el respaldo de los asientos se convertía en cama. Las camas eran de polipiel algo que nos tranquilizó en lo que se refiera a pulgas, sarna y demás bichos que pudieran albergar los típicos colchones. El baño no era excesivamente asqueroso, y el hacinamiento visto desde dentro no era tal. Había seis "literas" a un lado, un pasillo y dos literas al otro. Aquí no había compartimentos, era un tren corrido, por lo que nuestras chicas rápidamente se convirtieron en el centro de todas las miradas. Los indios orientaron sus cabezas para tener dulces sueños mirando a nuestras chicas.


Una vez acomodados, y después de que las dormidinas rularan por el vagón como tripis en la ruta del bakalao, tan sólo nos quedaba intentar dormir. Unos caímos antes que otros, pero es cierto que todos dormimos y se puede decir que mucho más a pierna suelta que como durmimos en el desierto. En el techo había tres ventiladores que apuntaban a las literas y que refrescaban un poco el ambiente. Encima de mi cabeza una familia de arañas, con las que firme un pacto de no agresión mutuo, que por suerte cumplieron.

El tren se paraba en mitad de una vía para dejar pasar otros trenes, retomaba su camino, volvía a parar, cogía velocidades propias del AVE y frenaba en seco para añadir nuevos vagones al convoy.


Según iba amaneciendo pudimos ver algunos de los paisajes más auténticos y desoladores de la India... vertederos enormes con gente rebuscando en ellos y cientos de chozas de intocables se salteaban con enormes campos de arroz. Después de doce horas de viaje llegamos a la estación de Benarés.

Mabel, debido a múltiples factores, ha quedado especialmente impactada y me ha pedido publicar su opinión sobre lo vivido. Os dejo con ella

LA OPINIÓN DE MABEL

¡Hola a todos! mis compañeros de viaje opinan que ayer entre en una especie de enajenación en la estación de tren, pero no es así, por fin abrí los ojos y tuve mi momento de lucidez, que sí, que estar en otro pais, conocer otras culturas y encima compartirlo con tus amigos es una maravilla, pero esto.... seamos realistas, es una cuadra!! pase que las vacas sean sagradas, pero sus cagadas tambien?, los perros...que deciros, no hemos visto uno en posición normal, todos están con la pata para arriba de rascarse las pulgas y la sarna que tienen, gatos?? creemos que las ratas se los han comido, y a estas es a las que dedico mi espacio. Anoche en la estación de tren los chic@s vieron cientos y cientos, por los andenes, en las salas, en las vias eran miles...no se puede tolerar que esto esté así, es una guarrada y como dije ayer, una cosa es ser pobres y otra marranos, que están rodeados de ratas y es que ni se inmutan.

Ayer con mi panico a las ratas solté burradas por la boca, como que habría que quemar la india entera para limpiar, es la única forma, de otro modo no sabría por donde empezar (tranquilos los defensores de las maravillas del mundo, el marmol no arde). Las ratas son animales que solo están en los sitios insalubres y que transmiten un montón de enfermedades y aquí parece que las crian; me parece cuanto menos llamativo que un país potencia espacial y atómica tenga así sus calles, sus estaciones, sus monumentos...la UNESCO debería meter mano.

No se, como dice Diana haremos una ONG desde España, un gato para la india, a ver si así se puede con ellas.

Poco mas que añadir, bueno, estos días leemos que India comprará deuda Europea y en fin, me da la risa, está claro que la macroeconomia no tiene nada que ver con las medidas higienicas.

2 comentarios:

  1. bueno, bueno, bueno, esto me ha encantado, vaya situación. Yo seguro que no lo hubiera soportado y Mabel seguro que lo que soltaste tu por la boca sería poco para lo que diria yo. Chicos me encantan vuestras esperiencias. Seguid asi.
    Por cierto Alf, soy Arantxa.
    Vuelveeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

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