Entre fuertes y ratas

Bikaner, 6 de septiembre

Hoy nos hemos levantado bastante pronto para poder ver mejor Mandawa. Después de un estupendo desayuno continental hemos salido del hotel para ver las havelis de la ciudad, de unos 150-200 años de antigüedad. Muchas de ellas siguen conservando las pinturas originales con escenas de todo tipo, desde historias de deidades hasta eróticas, pasando por escenas de la colonización inglesa.

Al salir nos hemos encontrado con una escuela que hemos podido visitar. Muchos niños no tenían cuadernos, tan sólo pizarras. El profesor nos ha pedido si podíamos comprarles algo de material y por 200 rupias, unos 3,5 euros hemos conseguido 40 bolígrafos .Muchos os preguntaréis para qué quieren bolis si no tienen cuadernos... pero tenían una especie de cartillas para rellenar. Es curioso como en los colegios ponen en la fachada la foto de los estudiantes con mejores notas para que todo el pueblo los vea. Si hacen esto en España correrían a leches a los pobres mejores estudiantes, pero aquí es motivo de orgullo para la ciudad. Por cierto en el que hemos visitado las mejores estudiantes eran todo eran mujeres.

Enfrente de la escuela hemos encontrado el primer Haveli que hemos visitado, una casa privada, que una mujer nos ha abierto amablemente. Sorprendentemente cuando hemos ido a pagarla no ha querido nuestro dinero. Mejor o peor conservadas, más grandes o más pequeñas, todas eran similares. En el paseo también hemos visto pavos reales.

A las 9,30 hemos salido hacia Bikaner. Rej nos esperaba ya con su coche lavado y con el incienso puesto dentro. Diana según se ha subido le ha manchado el coche y el pobre hombre ha ido corriendo a limpiarlo. El coche es nuevo y lo cuida con mucho mimo. Lo que dice es que si él se lava todas las noches, también tiene que lavar su coche. Este hombre nos ha salido la mar de aseado. La primera parte del viaje la carretera era incluso peor que las que sufrimos hace 6 años en Gambia. Luego ya la cosa ha mejorado ligeramente y Rej ha podido alcanzar el máximo de velocidad (80 km/hora) por lo que a la 13 hemos llegado a Bikaner.

Después de comer, una vez más pollo, verduras y arroz nos hemos dado cuenta de que aquí, al igual que en China hay poca variedad sabores, a lo mejor 4 en vez de 3. Además siendo todo tan picante, algunos estamos empezando a temer el ir al baño por eso de que rasque.

Tras la comida hemos visitado el fuerte de Junagarh, un palacio de los distintos Marajás muy bien conservado donde Encarnita y yo hemos sellado nuestro amor indio en la habitación del marajá con una foto. El fuerte precioso y muy bien conservado.

Según salimos del fuerte, llegaba uno de los momentos fuertes del viaje... la visita al conocido y exótico templo de las ratas. Situado a 30 kilómetros de Bikaner, este templo se caracteriza por las miles de ratas que campan a sus anchas por el suelo del templo donde los indios les dejan comida a modo de ofrenda continuamente. El olor es un poco fuerte y al ir descalzo notas como se te pegan los pies, seguramente de la orina de las ratas. Encarnita y Mabel han preferido quedarse fuera.

Diana, ha conseguido superar sus miedos y pasar el primer patio y mordiéndose la lengua por no dar un chillido y ofender a los adoradores de las ratas. Julián y Javi con cierta tensión, han conseguido ver todo el templo. Por cierto, el suelo del templo no está muy bien elegido, es de marmol blanco y negro, por lo que en las partes negras te cuesta distinguir si hay rata o no donde estás pisando.

Aún así es bastante difícil que se te suba una rata encima, dicen que da suerte, pero aunque conmigo he tenido alguna tentativa, la rata siempre ha acabado girándose cuando estaba cerca y saliendo corriendo. A la salida Javi y Julián han decidido tirar sus calcetines, yo lo haré esta noche, que con las botas pese al olor prefiero llevarlos puestos por eso de que no se me recueza el pie.

Después hemos ido a un sitio donde hacían telas a manos, algunas más bonitas y otras más horteras. Nos han mostrado colchas, cubresofás, pashminas y pantalones a cual más... "indio". Aún así alguno hemos caído comprando aunque los precios no es que fueran espectaculares. Tampoco teníamos muchas ganas de regatear.

Ya de noche nos hemos dirigido a nuestro hostel. Una vez allí Diana y Javi con su paranoia sobre la malaria no querían dormir en el hostel, aparentemente limpio, porque no tenía aire acondicionado y un patio interior con cesped donde había mosquitos, y claro, sin aire acondicionado, aunque lleves la pulsera antimosquitos, el relec, el saco de seda del Decatlon y el tratamiento contra la malaria, tienes un 95% de posibilidades de contraer la enfermedad, por todos es sabido. Sin embargo las sarnosas ratas del templo de las ratas no te pueden pegar absolutamente nada ni tampoco puedes caer enfermo si duermes a 18 grados cada noche con el aire acondicionado puesto... Encarna, Julián y Mabel se han dejado llevar por el terror colectivo. Así que nos hemos tenido que venir a otro hotel un poco mejor (ha subido de 4 euros a 8) ya que si no, los chicos iban a estar asustados por lo que pudiera pasar. En el hostel hemos cancelado todos los demás alojamientos que teníamos ya que iban sin aire acondicionado a excepción del de Agra y a partir de ahora a este blog le llamaremos indiaparasibaritas.blogspot.com.

Madre mía, yo que quería de nuevo aventura y he comprobado lo mal que ha envejecido la gente en este año desde que estuvimos en China... Al menos he creado una nueva canción con la que atormentarles y he aumentado mis deidades con malaruthra, que es el dios del viaje que cede parte de su espíritu para reencarnarse en un mosquito con malaria con el que aterrorizar a todo aquel que pida aire acondicionado en sus viajes...

En este hotel turistada ya nos hemos quedado cenando y viendo un espectáculo de música y danza india. Por supuesto no me he resistido y me he levantado y he dado un poco de juego con una mujer que bailaba. Después se han animado Diana, Mabel y Encarna a bailar también con ella.

Nos vamos a dormir que mañana nos vamos al desierto de Jaisalmer, donde por cierto no hay aire acondicionado, pero tampoco agua corriente.