jueves, 1 de septiembre de 2011

Mitología Alfiana...

A tan sólo 24 horas de comenzar el viaje creo que ha llegado el momento de explicar a todos nuestros lectores quién es el dios del viaje... 

(Este es el avión del dios del viaje)

El dios del viaje nos acompaña desde el principio de los tiempos. Viaja en un avión de Iberia en primera clase alrededor del mundo y tiene a su disposición un surtido infinito con todas las variedades existentes de chocolatinas del mundo. Siempre ha existido, desde que Diana, Judith y yo 6 años atrás decidimos viajar juntos a Gambia. En aquel momento el dios del viaje pese a no saber de su existencia nos salvó de grandes desgracias... Nos ayudó a que no volcase la barca en la que cruzamos el río Gambia, a que no nos atacasen los monos malvados de la selva, a que no nos comiesen los cocodrilos y un largo etcétera de protecciones más... en Rumanía nos dió alojamiento siempre que lo buscamos (aunque fueran "hotelitos del amor") y nos protegió de la velocista monja Tatiana, en Noruega nos ayudó a que la temperatura no fuese extrema ni lloviese, en Croacia nos brindó estupendas playas y en Estados Unidos nos salvó de no morir en la carretera cuando nuestra furgoneta se caía ya a pedazos... pero también nos enseñó que si algo lo deseamos con fuerza, era un dios vengativo que no duda en castigarnos.

Entre otras cosas en Gambia nos dió una sola mosquitera individual para tres personas, en Rumanía nos llevó a Galati y nos obligó a volver a la ciudad pese a querer salir de ella y a Mabel y a mí nos obligó a reconocer nuestras mentiras por intentar ratear 3 euros en los hoteles, en Estados Unidos no vimos piedras rodantes ni pudimos montarnos en la montaña rusa más extrema y Beverly Hills resultó ser una mierda. Pero no fue hasta China cuando yo tuve mi revelación... el dios del viaje conectó conmigo y me dijo que a partir de ahora yo sería su máximo representante en la tierra y que yo sería quien comunicaría su palabra a mis compañeros de viaje...

Fue allí, cuando después de 18 días de comida china, Diana moría por algo de comida occidental que no fuera un McDonalds. Yo la advertí de su error, de que el dios del viaje la castigaría si lo deseaba tanto, que tenía deliciosos restaurantes de comida asiática donde comer un día más dumplings.... pero no me hizo caso y el dios del viaje enfurecido la castigó cerrando el restaurante occidental que venía en su guía Lonely Planet. Desde aquel momento Diana se ha convertido en una ferviente creyente del dios del viaje. Ya lo era de la mitología alfiana en general y creía en la maldición de la cámara a pies juntillas, pero ahora también creería en él.

En el mismo viaje nos castigo a todos por avaros con la compra de Pendrives baratos... pero también nos premió con una maravillosa canción como fue 'Polojete'. También castigó a Javi recientemente sin ver la catedral de León y premió a Merino con una vuelta de la playa en un puente sin ningún tipo de atasco por salvar la vida a un pequeño gato... porque el dios del viaje, te da lo que necesitas, pero no te ofrece lo que deseas... el dios del viaje busca que disfrutes del viaje con lo que él te pone delante y es con eso con lo que te tienes que contentar... si no, su furia cae sobre ti.

Personalmente me comunico con él rezándole de un particular modo y él es el que me dice si quiere algún sacrificio por nuestra parte para que todo vaya bien (por ejemplo dejar las toallitas húmedas en casa). También me comunica cual es la historia personal que quiere que cada uno de nosotros cuente desde el viaje, y me incita a que consiga que cada uno cuente su historia. El año pasado Andrés nos contó su historia y finalmente nos enseñó un pezón y el dios del viaje estuvo orgulloso de él... Esperemos que no nos abandone en la India. 

Seguro que le veréis nombrado en el blog muy a menudo.

3 comentarios:

  1. todos empiezan riendose, pero al cabo de los días son fieles creyentes. Javi

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  2. Acabo de leer esto y me he acordado de nuestra escapada al Puerto, Di, el Dios del Viaje se estuvo descojonando de nosotros todo el camino, aunque nos recompensó con la comida! Buen viaje chicos. Alf, kremlin conseguido, ahora a por el Taj Mahal!

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