lunes, 12 de septiembre de 2011

La carretera eterna

Jaipur, 12 de septiembre

Esta noche ha pasado por tercera vez seguida la maldición de la lechuga. Algunos pensaréis que esto es otra de mis leyendas de mitología alfiana, pero esta vez no he sido yo quien ha generado la historia. Las chicas llevan tres noches seguidas despertándose con el grito de una de ellas, el grito de la que duerme en el centro (es decir, la lechuga de un sandwich, de ahí el nombre de la maldición). La primera en gritar fue Mabel, la noche siguiente le tocó dormir en el centro a Diana y esta noche ha sido Encarna la que ha gritado. Se levantan, pegan un grito, suponemos que porque se levantan desorientadas, y se duermen de nuevo plácidamente, después de poner los pelos de punta a sus dos compañeras claro.



La mañana empezó movida y eso que hoy básicamente teníamos que hacer unos 450 kilómetros por carretera entre Udaipur y Jaipur. Las lluvias de ayer provocaron que las carreteras de salida de Udaipur estuvieran totalmente inundadas. Las carreteras de dos carriles eran dos grandes ríos donde coches, motos, tuk-tuks y bicicletas intentaban flotar. Lo gracioso de todo esto es que aquí, al contrario de lo que ocurriría en España, si nuestro coche levantaba el agua y empapaba al hombre que iba en la moto de al lado y su mujer, estos se echaban a reir y se lo tomaban como algo especialmente gracioso.

Pese a que la carretera era de lo mejor que hemos visto hasta el momento, el viaje se ha hecho largo. Rej zigzageaba entre camiones intentando ganar tiempo al día y aunque en ciertos momentos hemos temido por nosotros, la verdad es que ya nos hemos acostumbrado a su conducción "deportiva". En un momento dado hemos parado en medio de la carretera porque cinco de nosotros teníamos que ir al baño.




En los laterales de las carreteras es corriente ver algunas "tiendas de campaña" donde viven la gente más pobre, son los intocables, una de las castas más bajas de la India. Son gente hasta despreciada por el resto de castas, de ahí lo de intocables, cuyo único beneficio a nuestros ojos es que pueden comer la carne de cerdo. Fuimos el objeto de atención de los niños de este pequeño poblado, que no nos quitaban ojo mientras básicamente meábamos entre unos arbustos detrás del poblado. Ahí Julián y yo hemos aprovechado para dejar una camiseta y algunos jabones que teníamos de los distintos sitios donde hemos ido durmiendo y los chavales nos arrancaron de la mano.

Más tarde paramos en un lugar a comer donde las condiciones higiénicas no eran especialmente buenas y preferimos hacer nuestra dieta Lays+galletas aderezada con chocolate. Por cierto, que uno de los paquetes de galletas lo sacamos de un peaje, como no tenían cambio de 5 rupias te daban la vuelta y un paquete de galletas. Algo parecido a España cuando vas al chino a comprar y te dicen que cojas un chicle porque no tienen 5 céntimos.



Pasadas las 4 de la tarde llegamos por fin a Jaipur. La primera impresión no ha sido especialmente positiva. Jaipur es la capital del Rajastán y tiene 16 millones de habitantes. Sus calles son sucias y por el momento lo que hemos visto no nos ha llamado especialmente la atención. Tal vez mañana cuando veamos el palacio, el fuerte de ambar y el observatorio nuestra percepción sobre esta ciudad cambie.

Nada más llegar hemos hecho check-in en el hotel y le hemos pedido a Rej que nos llevase a un bazar que Diana quería rellenar un nuevo container de ropa. Él con toda su buena intención nos ha llevado a una especie de centro comercial del estado donde comprar de nuevo horribles telas, cara joyería y recurridos pañuelos y pasminas... hemos pasado volando por aquí. Lo gracioso de esto es que el sistema era similar al del Ikea, entras por un lado y sí o sí tienes que dar una vuelta completa al centro comercial y pasar por cada sección para poder salir. En cada sección nos preguntaban si nos interesaba el producto que vendían. Ha sido un poco agobiante.



Al salir le hemos dicho a Rej que preferíamos un mercadillo típico de calle y no esto y nos ha prometido que hoy nos llevaba a uno pequeño pero que mañana nos llevaría a otro más grande. Esperemos que aquí haya algo un poco más bonito porque por el momento tanto color en telas y colchas personalmente me abruma. Enfrente de este centro comercial había un paseo que marcaba el lateral de un enorme lago con un palacio en medio que según Rej se convertirá en un restaurante de lujo en un par de años. Al menos el paseo hasta el centro comercial no ha sido del todo en balde.

Hemos ido a este pequeño bazar que nos dijo Rej. Realmente eran unas 5 o 6 tiendas no especialmente limpias con bolsos, telas y pantalones de los que tanto le gustan a Diana. Aquí ha vuelto a caer y ha preparado otro container de pantalones que ya está camino de Vallecas. En este lugar hemos aprovechado para sacar dinero en un cajero de 15000 en 15000 rupias como máximo (unos 240 euros).



Rej nos ha llevado a cenar a un buen restaurante donde gracias a su mano derecha nos hacían un descuento del 20%. Allí hemos vuelto a sufrir/disfrutar de la música típica del Rajastán: tres hombres, uno cantando, otro con una especie de piano y el tercero con una especie de bongo dando alaridos acompañados de la típica bailarina, que al menos en esta ocasión hacía algo más que bailar. Se ponía jarrones en la cabeza, se contorsionaba para coger billetes del suelo y ponía sus pies sobre camas
de pinchos como un fakir.

De vuelta al hotel hemos querido dar una pequeña vuelta por los alrededores, aunque no hay gran cosa que ver. Además aquí el frenético ritmo del día de motos, pitidos y coches no se relaja cuando cae la noche por lo que lo que empieza como un relajante paseo nocturno acaba tornándose en un estresante movimiento de luces, coches, perros, vacas y peatones.

Mañana nos levantamos muy pronto. Tenemos un día entero para poder ver Jaipur.

4 comentarios:

  1. Ya era hora de que nos mostraseis a Rej, creiamos que era un intocable. Por favor decirle a Diana que su casa es pequeña y la comparte con Merino que tembien tiene ropa.
    Cuedado con los monos ladrones.
    Muchos besos.
    Conchi y Pilar

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  2. Hola bollibudienses, qué preciosas fotos, y qué razón tiene uno de los comentaristas cuando dice que estáis muy guapos y lustrosos. Ya hasta le podemos poner cara a Rej, tiene cara de buena persona, seguro que tiene buen karma y tendrá una buena reencarnación. Lo de la maldición de la lechuga me mosquea, ¿No serán los chicos los que provocan esos gritos asustando a las pobres chicas indefensas? Habrá que investigarlo...más adelante. Para que no os metáis más con Diana por lo de la ropa tengo que justificarla porque ha ido al sitio justo donde tienen la ropa que le gusta. Besines y ánimo con la música India.

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  3. Desde tenerife de alfredo y jesus q han estado descansando republca dominicana besos.y mucho cuidado a todos en especial a javi carmona y alfonso q son los q conocemos

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  4. Que envidia que me dais!!!!! me ha costado un monton encontrar el blog pero ayer lo pillé y no pude parar hasta que me puse al día .... y sin parar de reir!!! espero impaciente a que llegeis a Agra a ver el Taj Mahal y lo conteis todo ... Pasarlo bien. Mabel Encar .... un besazoooo ... bueno para todos. SARA

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